El pleno del sábado en Miño escenificó de nuevo la diferente concepción del respeto a los vecinos que tienen los dos grupos de la corporación; el PP, encabezado por Juan Maceiras, presentaba un incremento de la tarifa de la prestación por ayuda a domicilio que duplica el precio de este servicio, imprescindible para la mayoría de los beneficiarios. La explicación a esta importante subida fue el encarecimiento del coste para la empresa adjudicataria y el aumento de los dependientes “que nos manda la Xunta”, en palabras del teniente de alcalde Jesús Veiga Sabín.
Nuestro portavoz, Manuel Vázquez Faraldo, argumentó el voto en contra del grupo socialista por el escaso volumen de incremento de los ingresos con las nuevas tasas, que además repercutirán directamente sobre colectivos ya muy afectados por la crisis.
Maceiras se negó a cualquier cambio, mostrándose sin embargo favorable a tomar medidas que ayudasen a casos concretos de vecinos en situación de dificultad económica... pero cuando Faraldo presentó la moción del PSOE -que precisamente exponía una batería de medidas fiscales que, sin afectar de manera importante a la maltrecha economía municipal, se dirigen a los grupos más afectados por la crisis: las familias numerosas, los jóvenes menores de 30 años, los discapacitados, los mayores de 65 años y los parados- tanto Maceiras como Veiga calificaron la propuesta como “demagógica, profundamente injusta y antisocial”, rechazándola de plano.
Que un concello que ha despilfarrado durante años enormes ingresos por urbanismo, consiguiendo a pesar de eso ser ahora uno de los más endeudados de Galicia por habitante pretenda enjugar su pésima gestión económica con subidas indiscriminadas de impuestos y tasas parece escandaloso. Que además se permita, al mismo tiempo, gastar 128.000 € en una escultura y dos retretes, o más de 4,7 millones en una plataforma en el puerto sin utilidad y que nadie quiere es incalificable.
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