miércoles, 2 de febrero de 2011

DÍA INTERNACIONAL DE LOS HUMEDALES

Hoy 2 de febrero es el día internacional de los humedales. Supongo que en muchos sitios se celebrará con conferencias, exposiciones, salidas al campo para disfrutar de humedales más o menos conservados, pero en Miño no hay nada de eso.
Porque en Miño, a pesar de tener el privilegio de contar con unas marismas de alto valor paisajístico y ecológico en el medio del municipio, no tenemos humedales. Me explico. No tenemos humedales, sólo tenemos un estorbo que allá por los setenta impidió que se hiciese un relleno para eliminar de una vez por todas ese insalubre foco de enfermedades y se construyese una bonita urbanización (imagino que llena de altas torres) rodeada de cemento; tenemos ahora un nido de ratas (según seguró Maceiras) por culpa del que es necesario una evaluación y posterior declaración de impacto ambiental para cementar también Piñeiro, y tenemos, por fin, un sitio para ubicar una EDAR que según nos dijeron iba a recoger las aguas fecales de Piñeiro, de Costa Miño y de otros lugares del concello. Total, como por ahí ya pasa la autopista...

A pesar de todo, aún sobrevive la marisma, con lo que ese término significa de espacio de nidificación y abrigo de especies naturales, de zona de elevado valor paisajístico, de atractivo turístico si se pone en valor, y tenemos que protegerla. Porque para nuestros gobernantes las marismas del Baxoi son, visto lo visto, un objetivo prioritario en su afán alicatador, y sólo los obstáculos que les ponen los vecinos, la oposición o esos pesados de los ecologistas pueden frenar y poner un poco de sentido común el "sueño por construir".

¿Se imaginan cómo sería hoy Miño si en su momento un grupo de vecinos no hubiese puesto la cara y el dinero para parar el proyecto de rellenar las marismas? Tendríamos, además de los que ya tenemos, otro grave problema: las inundaciones que sin dudad habría cada vez que coincidiesen mareas grandes con crecidas del río, seguramente un barrio de pésima calidad urbanística y constructiva (tal vez medio vacío) y desde luego un patrimonio natural aún más pobre. La playa sería un desagüe, o quizá tambíen estaría privatizada (de hecho de eso se trataba).

Y ahora, en pleno siglo XXI, con una democracia supuestamente consolidada y con una sensibilidad por el medio ambiente también supuesta, nos encontramos de nuevo peleando contra el despropósito de quienes quieren rematar nuestras marismas.

Otra vez la marisma estorba, otra vez pretenden oponer el desarrollo del pueblo a la conservación del entorno, cuando es precisamente  lo contrario: cuanto más y mejor sea el medio ambiente que nos rodea más calidad de vida habrá para los ciudadanos  y mayor atractivo ofreceremos para un turismo de calidad.

Los socialistas de Miño pensamos que la urbanización de Piñeiro (si la ley, la crisis y las sentencias llegan a permitirla) debe pensarse bien, dimensionarse con sentido común y siempre priorizando las necesidades reales de todos; creemos firmemente que hay que proteger y poner en valor nuestra marisma, hacer de ella un atractivo para vecinos y visitantes. Aún hay esperanza de evitar su sentencia de muerte, pero no queda mucho tiempo.

Pues eso, feliz día internacional de los humedales!

1 comentario:

Rodrigo dijo...

No os olvidéis de las marismas del río Lambre, que en su día también estuvieron a punto de desaparecer. Por suerte a corto plazo no se observan signos de urbanización en esa zona